Adiós a la cajonera de 2 (dos) diminutos cajones que estorba allá al pie de la cama. En su lugar consigo ocho fantásticos módulos donde acumular camisetas, revistas y demás parafernalia que comienzan a ocupar las zonas comunes del piso. Además, gano una especie de ¿repisa? donde colocar mi portátil (que cumple este mes dos añitos y sigue al pie del cañón) y poder disfrutar de mi colección de cine regalado.
El siguiente paso es hacerme con un escritorio de 5ª generación y así poder estructurar definitivamente mi propio ambiente. El broche final lo darán los mapas de Berlín, Europa, los derechos fundamentales, Goldfrapp y National Geographic. Vivan los nombres propios.
PD: la foto es de a saber quien... pero representa la futura realidad de mi queridísima EXPEDIT. :)
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