...ya que todo parece seguir unos patrones preestablecidos que se repiten en cada rincón del mundo tarde o temprano.
Caminaba casi a las afueras de Vigo, buscando un hotel para una persona que alomejor se venía por Vigo... empecé a caminar por la zona que me dijo él, donde la Avenida de Castelao se convierte en "de Europa", donde todo el paseo y edificios se convierten en una esplanada solitaria y abrumada ante el sonido incesante de la ciudad. Allí, se enredan nuevos viales y crecen, imparables, nuevos inmuebles, solo separados del incesante bullicio por el tétrico, y al mismo tiempo atrayente, espíritu del cementerio del lugar.
La imagen era nueva... o no... con anterioridad había vivido en Salamanca 6 meses en uno de los últimos edificios que se habían construido... Desde su terraza, cambiábamos la comodidad de un piso nuevo y recien estrenado, por las vistas de su expansivo cementerio... vistas que pdorán disfrutar los nuevos inquilinos de un nuevo barrio, condenado, o afortunado, de estar a las afueras. Sin embargo, más me llamó la atención encontrarme tiendas del mismo tipo (y también algunas de la misma cadena) en las inmediaciones del lugar. Sin duda, el puzzle encajaba en dos ciudades, separadas las dos por 5 o 6 tortuosas horas por carretera.
Hoy, al sacar de archivo una fotografías, recordé que esa imagen se había grabado ya en mi retina con bastante antelación... había sido en un viaje a Londres... y el esquema, se repetía de igual manera.
Caminaba casi a las afueras de Vigo, buscando un hotel para una persona que alomejor se venía por Vigo... empecé a caminar por la zona que me dijo él, donde la Avenida de Castelao se convierte en "de Europa", donde todo el paseo y edificios se convierten en una esplanada solitaria y abrumada ante el sonido incesante de la ciudad. Allí, se enredan nuevos viales y crecen, imparables, nuevos inmuebles, solo separados del incesante bullicio por el tétrico, y al mismo tiempo atrayente, espíritu del cementerio del lugar.
La imagen era nueva... o no... con anterioridad había vivido en Salamanca 6 meses en uno de los últimos edificios que se habían construido... Desde su terraza, cambiábamos la comodidad de un piso nuevo y recien estrenado, por las vistas de su expansivo cementerio... vistas que pdorán disfrutar los nuevos inquilinos de un nuevo barrio, condenado, o afortunado, de estar a las afueras. Sin embargo, más me llamó la atención encontrarme tiendas del mismo tipo (y también algunas de la misma cadena) en las inmediaciones del lugar. Sin duda, el puzzle encajaba en dos ciudades, separadas las dos por 5 o 6 tortuosas horas por carretera.
Hoy, al sacar de archivo una fotografías, recordé que esa imagen se había grabado ya en mi retina con bastante antelación... había sido en un viaje a Londres... y el esquema, se repetía de igual manera.
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